lunes, mayo 12, 2008



Cerca de la plaza de santa Ana estaba el Villa Rosa uno de esos sitios a los que iban hace años los turistas a ver y escuchar flamenco. Ahora me parece que está cerrado a cal y canto y menos mal que no se han llevado sus baldosines que supongo que estarán protegidos como los de Los Gabrieles, en obras totales, desmontadas las cerámicas y los frescos para rehabilitación, como toda su calle (Echegaray) y como ha estado el Hotel Victoria, antiguamente llamado "de los toreros" y que hasta ha cambiado de nombre para escándalo de Calderón de la Barca, que le da la espalda y de García-Lorca, el cual está muy atribulado por ese encierro entre paredes blancas como ya mostré la semana pasada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni Calderón ni Lorca se quejarán del olvido o del encierro al que los someten. Pero aunque sus estatuas estén marginadas o atenazadas, su espíritu pervive en nuestra cultura y en nuestros afanes de disfrutar de la literatura.
Besos desde aquí también