viernes, agosto 07, 2009















La isla de La Gomera fue una de las excursiones más bonitas que se pueden hacer en las Islas Canarias: San Sebastian es su recoleta capital con casitas de colores y balcones y sus tapas con escudo en el que se puede leer "de aquí partió Colón" y donde te muestran además de los preciosos flamboyanes de incendiarias flores en los jardines una iglesuela y una casa-museo de donde dicen que el marino tomó en un pozo el agua que llevaría hasta esas otras islas maravillosas del otro continente que dicen descubrió para los europeos. Luevo vienen las cuestas hacia los "roques" que son formaciones volcánicas de chimenea y en el hueco de Garajonay un magnífico bosque de laurisilva (de la era terciaria y única ya en el mundo formada por helechos, brezos enormes y laureles entre otras especies vegetales y alguna animal) demasiado seco (con graves peligros de incendios como ha sucedido en esos días en la hermana isla de La Palma) y sin esa característica lluvia horizontal que mantiene un tesoro maravilloso que los turistas tomamos como cualquier otra visita para tomar un poco de queso con almogrote y vino gomero, sin valorar lo suficiente ese prodigio fósil pero vivo. Luego están las plataneras y las playas azotadas por los alisios y el paseo en barco a cuyo alrededor vemos delfines saltando. Encantador.

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