martes, agosto 18, 2009

Al principio me hacían gracia esos cartelitos. Los había visto en otros países (Reino Unido, Alemania) y me parecían un gesto de cortesía de las autoridades responsables de las obras municipales para sus ciudadanos. Después de 20 años de obras ininterrumpidas del PP en Madrid ya estoy tan harto de los dichosos cartelitos azules que me cabreo en cuanto los atisbo. NI PERDONO, NI OLVIDO las molestias y los negocios oscuros que se ocultan detrás de las concesiones de tanta obra, de tanto fastidio sin sentido la mayoría de las veces pero que sirve a intereses empresariales ligados a políticos, a esos señores que acompañan a las autoridades en las visitas y las inauguraciones de obras públicas vestidos con trajes y zapatos caros y que llegan en lujosos cochazos con chofer y guardaespaldas. Ya se que estamos en un mercado liberal, sobre todo cuando leo en los periódicos las tramas de corrupción que amparan las operaciones y las financiaciones sin contratos, las particiones de los mismos cuando interesa para no jugárselo al mejor postor y poderlo dar a dedo y los excesos del presupuesto aprobado que acaban en bolsillos de particulares o empresas ligados a los políticos. Así que no me vengan con "DISCULPEN LAS MOLESTIAS, ESTAMOS TRABAJANDO POR SU CIUDAD", cuando está claro que todo lo que nos joden a los ciudadanos, peatones en las calles polvorientas y con vallas por todas partes, desvíos y cortes de tráfico a los conductores, molestias mil a los ususarios del Metro (por cierto, antes la compañía metropolitana no admitía que los usuarios fuéramos clientes o así lo manifestaban ante reclamaciones, sin embargo ahora en su cantinela de "disculpen las molestias... etc" por los cortes de líneas y pasos llenos de material de obra dice la voz de los altavoces "Señores clientes..." etc, lo que es un cambio de actitud en el caso de reclamaciones ¿no sé si me entienden?.
Yo, por mi parte claro está, estoy en contra de todas las obras supuestamente para mejorar la ciudad o el transporte, porque nos hacen sufrir y al final no le veo la mejora. Así como estoy en contra de todo ese montaje para hacer negocios que llaman "presentarse a una olimpiada en 2016" porque cada vez Madrid es menos Madrid, cada vez los paseos y las viejas calles y edificios son menos autóctonos y más comerciales al estilo indefinido de la postmodernidad y la basura de rascacielos de cristal y acero. No sé si me estoy volviendo conservador en el sentido estricto del término, pero toda esa morralla que los políticos y empresarios pretenden hacer pasar por "modernizar" la ciudad me parece uma mierda que se han inventado para hacer negocios y que pasan olímpicamente de nosotros. Recuerdo el Madrid de mi infancia y me dan ganas de llorar comprobando lo que está llegando a ser con tanto demagog@ y aprovechad@, porque una cosa es "mejorar la ciudad" de verdad y otra muy distinta dejarla que no hay quien la reconozca. Nunca he sido castizo, ni nacionalista, ni patriota españolista o de otro sitio ni nada por el estilo, odio las fiestas con disfraces de época indefinida y las procesiones o celebraciones con símbolos del tipo que sean, pero es que vengo dándome cuenta en los últimos tiempos de que los políticos del lugar (desgraciadamente, de casi todos los lugares de este país) hacen barbaridades sin tino, negocios con lo público y lo pintan con la banderita, el himno, el traje típico y la tópica tontería refranera para empalagar y amortiguar en la gente la capacidad de juzgar y criticar las burradas que acometen.

2 comentarios:

Empresas Madrid dijo...

Es cierto las molestias que causan las obras, pero sería pecar de inocente pensar que sin obras podríamos vivir mejor

EL METRONAUTA dijo...

Sobre todo las empresas que se lucran con ellas. Y el problema no es que haya obras de vez en cuando en Madrid, sino que SIEMPRE HAY OBRAS Y MUCHAS DE ELLAS INNECESARIAS salvo para su promotores. que la política municipal se haya convertido en hacer planes de obras para cada próximos cuatro años y que, incluso cuando como en las últimas elecciones se dijo que íbamos a estar tranquilitos, la solución a todos los problemas parezca ser agujerear la ciudad y asfaltar hasta el cielo de Madrid. ¡Harto estoy de polvo, sudor y ruidos veraniegos (en invierno el polvo se cambia por barro) y añoro la vieja Madrid gris y tranquila!