viernes, junio 13, 2008






Hay un Madrid que no existe oficialmente, adonde solo se va a derribar viviendas ilegales y cuyos poblados chabolistas no son reconocidos por las autoridades de la CAM. Un lugar camino de la que E.L. Doctorow llamaba en "La ciudad de Dios" la ciudad de los pájaros de Valdemingómez (pg. 276 en Quinteto de bolsillo) que llama enorme vertedero que no deben perderse los turistas después de visitar el Prado. Es un no-lugar de drogas (que se anuncian con hogueras y a las que van en Kundas, esos coches que se amontonan y de los que salen tanto jóvenes bien vestidos como miserias humanas, porque los zombis o van a pie o en autobús, con sus manos laceradas y negras del papel de plata quemado para fumar esa mezcla brutal de muerte y olvido. Allí todos los días hay operaciones policiales y un par de veces a la semana va una furgoneta de voluntarios para darles lo que necesiten y curarles si se dejan las llagas. Por todas partes, como en ese torreón junto al vertedero y en los coches se dejan caer en el sueño dantesco. Pero hay una parroquia (esta vez no me voy a meter con la iglesia) con un cura barbado y de civil y un servicio médico para los niños a quienes ayudan en sus estudios, porque muchos son hijos de inmigrantes o gitanos pero llevan su uniforme colegial y acuden a reunirse bajo techo y recibir algún juguete. A ese es a quien tenían que dar un premio Príncipe de Asturias y no al maravilloso Google que nos sirve para encontrar de todo menos esperanza para los deshauciados. Publicamos este reportaje hace unos meses en mi periódico, pero he querido recordarlo hoy que no he hecho fotos con algunas de las sobrantes. Ah, por si no se han dado cuenta eso es la Cañada Real camino del gran basurero de Madrid y viven en ella unas 40.000 personas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Juan Luis por la información sobre las exposiciones de PhotoEspaña.He visitado la de Eugene Smith y me ha encantado, espero poder seguir disfrutando con alguna más.
Al ver estas fotos de la Cañada Real he recordado lo que decía Eugene Smith:
"La fotografía es algo más que un simple oficio; con una cámara en las manos me siento portador de una antorcha. La fotografía es una voz débil pero a veces, tan sólo a veces, una o varias fotografías pueden llevar nuestros sentidos hacía la conciencia."
Un saludo y hasta pronto.

EL METRONAUTA dijo...

Gracias a ti y a todos los que os fiáis de mis recomendaciones y que además leéis los tostones que escribo para desahogarme de la mierda que veo y escucho en la vida política de esta ciudad que recorro. Sin vosotros yo no soy nada, muchos o pocos un autor de cualquier tipo necesita que le escuchen o miren. Contaba Borges que cuando editó su primer libro se apostaba a la puerta de una librería a ver quien lo compraba u hojeaba y luego lo seguía hasta su casa para ver quien era y que se conformaba con los 17 lectores que tuvo aquel porque sin conocerle le prestaron atención.
Un beso.

malabarista infernal dijo...

Un aplauso a tu actitud, y un agradecimiento a tu post.