lunes, noviembre 12, 2007


Ayer, el huevo de la serpiente de que hablaba hace un par de días acabó por reventar. La consecuencia: un chaval de 16 años muerto y varios heridos. Los nazis, que convocaban contra los inmigrantes con un cartel similar al del partido suizo xenófobo (una oveja blanca expulsando a patadas a otras negras) con un titular absurdo "contra el racismo antiespañol", algo que no existe mas que en sus propias mentes enfermas, se lanzaron sobre unos chicos que los increparon y asesinaron a uno a puñaladas como todo el mundo sabe ya. Y tienen en la recámara un puñado más de provocaciones antidemocráticas para los próximos días que aunque la Delegación de Gobierno ha querido prohibir, algún juez que debe pensar que esos comportamientos tienen cabida en el orden constitucional se las ha legalizado. Pronto será el día que homenajean al dictador y al fundador de la organización fascista española y famoso pistolero en la República, entronizados como fetiches de la antihistoria en el Valle de los Caídos (por dios y por España, dicen) y los asesinos estarán de nuevo en la calle dando lecciones a todos los demás; rojos, inmigrantes, indigentes, débiles de carácter, demócratas, vamos, a quien se les ponga en sus testículos fantoches. Y, a ver que dice el PP, porque al final suelen ser tan hipócritas que pretenden comparar a quienes defienden las libertades con los que las vulneran porque su única idea de libertad es la dictadura, ese sitio donde, como decía Mayor Oreja hace poco, la gente vivía plácidamente si no se metía en problemas.
Por cierto, a mi lo que menos me preocupaba en la discusión del otro día con los pijines y su acompañante (ver entrada anterior) eran los pobres gatos, y no porque no les tenga respeto como a todo ser vivo, sino porque sigo pensando que el problema es esa bazofia mental en que se regodean y que da para matar gatos al principio y, una vez saltados los primeros prejuicios morales, para agredir y matar "si hace falta" a quien sea, especialmente si su ideología, color de piel o sexo les molesta . Y por eso les pedía pensar aunque pudieran reírse de mis palabras.
Las fotos de arriba las hice en Sol cuando ya la manifestación de repudio estaba terminando.

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