jueves, diciembre 07, 2006

SOBRE LITERATURA ACTUAL: Decía Henry Ford (el de los coches) que no leía libros porque le creaban confusión mental. Claro que este famoso antisemita fue condecorado por Hitler y propuesto por éste al partido nazi-americano como el mejor candidato contra Roosvelt, ya que creía que EEUU debería aliarse con el Eje y no con quienes lo acabó haciendo, pues en la guerra que se preparaba en Europa empezando por las invasiones de Checoslovaquia, Polonia, Dinamarca, Francia, Bélgica, etc., consideraba que era mejor estar del otro lado. Pero, no obstante, se dedicó a propagar, editando una colección de libros antijudíos y entre ellos el falsísimo de "Los Protocolos de los sabios de Sión" que habían escrito los policías zaristas para justificar sus pogromos y masacres, con toda clase de teorías conspirativas. De parecida ideología era el piloto y héroe norteamericano Lindberg que había cruzado el Atlántico por primera vez en su pequeño "Spirit of Sant Louis", como vimos de pequeños en la peli de James Steward. En esa época, sin embargo, un famoso alcalde de Nueva York que ha dado nombre a uno de sus aeropuertos "La Guardia", miembro del Partido Republicano, pero ferviente defensor de los italoamericanos y judíos de Manhattan, a quienes había representado en varios mandatos, se puso de lado de la "new deal" de Roosvelt (que era del Partido Demócrata) y de su apoyo a los ingleses y franceses contra Hitler haciendo campaña contra su propio partido cuyos máximos representantes estaban del lado germanófilo y eran antisemitas; como lo eran también algunos miembros del partido demócrata del Sur y Medio Oeste, aliados del Ku Klux Klan y otras organizaciones racistas y fascistoides. La Guardia se ganó un gran prestigio como todos los dirigentes que están por encima de sus organizaciones base en un momento en que la lógica de la política mundial y nacional lo exigía: Tome nota el candidato de la derecha en Madrid al que su partido niega el pan y la sal, lo desprecia y manipula sus listas y encima se burlan de él con bromas radiofónicas y privadas de muy mal gusto. Y una de las cosas que dejaron de él un magnífico recuerdo, es que poco antes de su muerte, y durante una huelga de periódicos en el 45, leía por la radio las tiras cómicas a los niños para que no perdieran el hilo de aquellas tramas tan populares.
Pero, eso es sólo un pequeño avance del momento histórico que presenta una novela estupenda de Philip Roth que acabo de terminar: "La conjura contra América", en la que en forma de distopía se muestran unos EEUU en los que el filonazi Lindberg (también, por cierto, condecorado en la realidad por Hitler) acaba siendo presidente al derrotar a Roosvelt con la ayuda de Ford y de un tal Wheeler, que acabó, en la vida real, apoyando a McCarthy en su caza de brujas. Es la vida de un niño judío nacido en América que se encuentra con la persecución de sus compatriotas en los años 40s. en esa situación anómala. Los datos ciertos son de la cronología que lleva detrás. para que luego digan que los libros confunden. Será a los burros....

Otro libro que estoy leyendo y del que se aprende, además de disfrutar, es "Shalimar, el payaso" de Salman Rushdie que es una metáfora de la confusión actual que lleva a hombres y culturas a esa especie de vacío abismal en que la barbarie capitalista que los occidentales (para ellos, los cristianos, genéricamente) hemos llevado a todo el mundo, por las buenas o por las malas. La crisis a la que se ve sometido el cachemir de un pueblo de artistas le lleva a plantearse una respuesta radical porque se siente humillado de tal forma que ha de inventarse todo tipo de estratagemas que le lleven a poder matar al embajador americano que le ha arrebatado a su esposa. Para lo cual se va uniendo a organizaciones fanáticas patrióticas y religiosas (hasta AlQaeda) y no sólo por identificación ideológica. La cuestión me viene a recordar tanto la guerra de Irak que me parece que sirve para explicar la aparición de todo ese fenómeno terrorista durmiente entre tipos que se han dado a los vicios y costumbres occidentales pero atesoran en su conciencia un deseo de venganza por la impotencia que produce tal modo de vida incompatible con el paraíso ruralista y nómada de su fundamentalismo.
Muchos terroristas que se inmolan asesinando docenas de personas dicen justificarse por la crueldad israelí en los guetos de Gaza y Cisjordania, por la invasión occidental de Irak y Afganistán, etc.; pero, la realidad es que son incapaces de soportar la presión ideológica imbuída con la realidad moderna.

Otros libros que recomiendo son los de Ian McEwan. Aprovechando la polémica acerca del supuesto plagio de ese autor en "Expiación" sobre algunos aspectos de la retirada de Dunkerke en la segunda Guerra Mundial y el tratamiento de los soldados heridos, que la editora de una escritora de folletines fallecida dice le ha sido copiado por el brillante autor británico. Él había dado su reconocimiento a ese texto porque es imposible sin haber estado allí (como en toda novela histórica) tomar referencias y las del novelón correspondiente le sirvieron adecuadamente, pero de ahí a que se hable de plagio... El asunto ha indignado a muchos autores que se han solidarizado con McEwan. Yo estoy de acuerdo con ellos y, además, como es un autor que me gusta y del que ahora estoy leyendo otra novela muy interesante "Sábado" que también recomiendo. Esta última se centra en los pensamientos y acciones de un neurocirujano que va por Londres un día en que se celebra una manifestación contra la Guerra de Irak y a la que no asiste y duda, porque conoce personalmente a algún represaliado por Sadam, creyendo en la buena voluntad de sus gobernantes empeñados en llevar la democracia al país árabe, acerca de la intervención . ¡Fíjate!. Que papelón...

Otra novela que me ha gustado, leída recientemente, fue la finalista del premio Manzanares de Madrid (la ganadora "las Horas Huérfanas" me parece muy bien escrita, en ese tono memorístico tan femenino, acerca de los años duros del franquismo, pero me resulta menos brillante). La que me ha divertido tanto como aquel "cruasán" de Tusset (su última novela "En el nombre del cerdo" está muy bien pero es en otro estilo menos cachondo y más duro en lo policíaco) se llama "El Difamador" y trata de unos tipos muy católicos que deciden montar una empresa de difamación para derribar políticos, empresarios, maridos molestos, curas, mafiosos y demás población incómoda a ojos del que pague. Se pone de vuelta y media a casi todo quisqui, desde a unos gitanos que recuerdan muchísimo el caso de Farruquito hasta un peletero al que arruina una colega, los premios literarios que destripa estentóreamente como quien sabe de lo que habla (el propio autor es ganador según la sobrecubierta del libro de un montón de ellos), especialmente uno que llama el Vía Láctea cuyo magnate es un tal Sarriá (vaya, vaya...) Y así se va cargando a tanta gente con tal estilo que cuando uno lee las noticias de los periódicos no puede sino preguntarse si existe realmente tal empresa... o algún listo está a punto de fundarla.

Y, por último, aunque no lo menos importante, me gustaría recomendar algún libro de divulgación científica, recordando que la editorial Crítica ha puesto a un precio increíble (12€) varios de sus títulos, que antes costaban el doble o así, para celebrar un aniversario, y los hay muy golosos. No he leído el libro de Penrose "El camino a la Realidad: guia completa de las leyes del Universo", aunque tiene más de 1000 páginas , pero después de su "Mente del Emperador" que está en bolsillo ahora, por cierto, supongo que debe ser magnífico.
Y para meterme en la polémica de Richard Dawkins (autor de "el Gen Egoísta"), dándole también la razón en su "The God delusion" curiosamente premiado por la Fundación Templeton con su galardon al "Progreso en los Descubrimientos Espirituales" siendo como es un ataque directo a la idea de que la Ciencia y la Religión son compatibles, como manifiestan quienes pretenden que a la existencia de un Ser superior no pueden responder ni la teología, ni la filosofía, ni siquiera la ciencia. A eso, él responde (según The New York Times, edición de El País): "Estoy hasta el gorro de que nos laven el cerebro para que todos nosotros -incluidos los laicos- profesemos respeto a la religión... Se enseña sistemáticamente a los niños que existe una clase superior de conocimiento que proviene de la fe, de la revelación, de las Escrituras o de la tradición y que es igual, e incluso superior, al conocimiento que emana de las pruebas reales." Y, cuando otro científico famosísimo, Steven Weinberg se ablandó al definir con cierto cariño a la religión como una vieja tía loca, Dawkins respondió que "no la echaría nada de menos, ni lo más mínimo, ni una pizca". Pues eso. Que una cosa son las fantasías (de corte religioso o literario), que se encumbran al poder por la ignorancia y la fuerza y que se reproducen a través del sistema familiar y educativo porque interesa a los que mandan (quiero recordar la famosa frase de Marx de que es el "opio de los pueblos" porque la alienación del creyente es tan grande que trata por todos los medios de convencer a sus hijos de cosas que, si cualquiera lo piensa friamente, son auténticas estupideces de ignorantes que se contradicen en su vida cotidiana y a las que sólo prestan verdadera atención suicida los mártires de la fe (la que sea) porque dan su vida por ella, aunque sea a costa de llevarse por delante las de los demás, que ellos consideran infieles pecadores y merecedores del infierno y todas esas pamplinas.
Cuando les va a entrar en la cabeza, y sacarles de ella sus abominaciones mágico-mitológicas, que uno se puede imaginar lo que quiera pero eso no quiere decir que sea real. Pero es muy diferente si pones en práctica, con un método científico apropiado, alguna clase de experiencia capaz de producir conocimiento y cualquiera puede reproducirla siguiendo tal método; si eso se justifica con todo un sistema que va de abajo a arriba y viceversa en donde cualquier humano puede intervenir y aplicar la leyes deducidas, etc. etc. y que va echando por tierra las leyendas religiosas una por una hasta dejarlas en cuentos infantiles. Yo pienso que si aún quedan rastros de las religiones se debe a la enorme utilidad que para los poderes económicos y políticos tiene el que haya miles de millones de colgados que hacen lo que les pidan sus clérigos (de la religión que sean), los alimentan y dan lujos que no tienen para sí mismos, luchan y mueren por ellos y lo hacen creyendo que al pasar el último instante de su vida podrán disfrutar eternamente de los placeres que no tuvieron en su vida real. Lamentable que se pida respeto para eso. Increíble que tengamos que soportar a los que invocan el odio para quienes no son de su mismo fanatismo. Y, encima que nos amenacen.
Bueno, pasado mañana más, que mañana es la fiesta religiosa de la Inmaculada Concepción y no se trabaja (¡). Una burla a la razón y a la economía ¿no?, porque vamos... ¿cómo se puede ser inmaculada, o sea virgen en la concepción de alguien, es decir en el parto (antes y después también, según la Iglesia Católica) ... ¡Por dios...! y esta exclamación es naturalmente una blasfemia ya que si hubiera alguien ahí detrás es de suponer que haría algo para que el mundo fuera un poco mejor... ¿no?.

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