martes, diciembre 26, 2006



El Madrid navideño es, como todo en esta capital, muy diferente de hace unos pocos años. Las castañeras ahora venden, además de ese delicioso fruto asado, mazorcas de maiz, batatas o boniatos y otros productos calentitos.
Sin embargo, algo que no cambia es la ilusión infantil de los Reyes Magos, en cuyas rodillas nos hemos sentado de niños todos para contarles, como en otros países hacen con Papá Noël, San Nicolás, o su deformación americana Santa Claus lo que queríamos que nos trajesen. En mi foto es el cartero real de los magos de Oriente quien recibe a los pequeños y su paje los invita a poner sus cartitas en el mágico buzón de los sueños.
¡Quién pudiera volver a tener esa ilusión! esos días y noches sin poder dormir de la inquietud, pensando en lo que nos iban a traer, que siempre era por desgracia mucho menos porque nuestros padres en su modestia económica no llegaban a más. Pero cada cosita de entonces es ahora inolvidable.

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