lunes, abril 16, 2007


¿Tendrá valor algún partido de legalizar la hierba que más gusta a los jóvenes, los menos jóvenes e incluso los ancianos por sus propiedades cuarativas y recreativas? Seguro que no, aunque casi todo el mundo sabe que "ellos" también fuman en secreto pero la hipocresía les hace decir lo contrario. Hoy en día todo son eufemismos y frases "políticamente correctas", así esta mañana se ha presentado una tienda con objetos producidos por chavales en la trena y la han llamado con todo el morro "Asombra" para que sepamos que éstos que ahora definen como "menores infractores" son lo que antes se decía "delincuencia juvenil". Es como cuando se prohibe fumar pero muchos cargos públicos lo hacen en sus despachos sin que nadie les diga nada. Que conste que yo no estoy por la prohibición, pero por ninguna, ni siquiera por la del alcohol que es mucho más peligrosa y se sirve en los convites oficiales y regalan botellas y bendicen barcos y bancos. Cada uno en su casa o despacho y con su cuerpo debe poder hacer lo que quiera y es un abuso cualquier prohibición que vulnere ese derecho. Como decía Madison, el histórico legislador americano, los derechos individuales han de estar por encima de los colectivos e incluso de la democracia, ya que la minoría menor que existe es el individuo y éste no puede defenderse de una multitud cuando los que sean mayoría en cualquier ámbito votan en su contra o hacen cosas peores para impedirle ser libre y le putean con leyes, prohibiciones y toda clase de sistemas coactivos. Y como diría, en ese corte tan patético pero real, Rajoy: ¡Viva el vino! Y yo añado y el sexo y el humo y los vicios personales. Amén.

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