miércoles, noviembre 29, 2006

La Movida que nunca existió es ahora una fiesta de políticos, entendidos y artistas (venidos a menos o con ganas de volver a salir porque, como todo artista que se precie, necesita exponer, comer y que le halaguen un poquito su vanidad, que para eso se mete en moviditas). Lo cierto es que como dice una chapa-escarapela que dan: "si recuerdas la MOVIDA es que no estuviste en ella". En aquella época (años 80 con Tierno-Galván de alcalde de Madrid) todo el mundo había estado encerrado con un sólo juguete durante décadas y salió a desmadrarse: los homosexuales (que aún, que yo recuerde, no se llamaban gays, ¿entiendes?, sino maricas, mariquitas o maricones, tortilleras, lesbianas o bolleras y otras palabrotas afines, que esas personas de costumbres sexuales "anormales" en la época del franquismo por ser distintos, tenían que sufrir de parte de esa gente de orden cuyos herederos organizan ahora estos fastos: Ley de vagos y maleantes y persecuciones afines), los clandestinos de la política que se las habían visto con la gristapo y la BPS, ya hartos de conspirar y con una Constitución que por fin permitía reunirse, manifestarse, hacer huelgas y decir lo que se quisiera (que en esa época era mucho, porque no nos cortábamos casi nada: lo políticamente correcto tampoco existía, que yo sepa) también querían diversión; las drogas no tenían esa maldad intrínseca que ahora pesa sobre quien las usa (por eso nadie se extrañó de que el alcalde, al inaugurar unas fiestas del 2 de mayo soltara aquello tan famoso de "el que no se haya colocado que se coloque" que ahora a todo el mundo aterra; por lo que en todas partes, de día y de noche, podías ver a gente famosa, sin necesidad de vídeos robados, fumando canutos, metiéndose rayitas o tomando pastillas para sentirse mejor en esas largas noches de juerga y desbarre. También se lanzaban al ataque las amas de casa liberadas, los oficinistas y funcionarios, los mismos políticos que hoy reniegan y parecen santos de altar se ponían a tono en cualquier parte sin que nadie se escandalizara, cuanto más los artistas, muchos de los cuales ya no están para contarlo, precisamente por eso.
Pero bueno, a lo que iba, la Movida que hoy merece tantas exposiciones oficiales era la manera de divertirse de la gente y estoy seguro de que quienes ahora la celebran se quedarían de piedra si funcinase el túnel del tiempo. Algunos de aquellos jóvenes quedaban con frecuencia y se prestaban a salir en lo que fuese, con algún artista como Almodóvar, entonces empleado de Telefónica, para rodar un corto de super8, de Costus o el Hortelano para posar en unos cuadros, o se pasaban por el estudio del recientemente galardonado con el Premio Nacional de Fotografía Pablo Pérez Mínguez o de Ouka Lele (que les ponía pulpos y otras cositas en la cabeza para luego pintar con anilinas los positivos) y se hacían fotos, o iban a escuchar música y beber a discos como Rockola, cafés-concierto como La Vía Láctea o bares de acceso restringido para los que estaban en el tema (por ahí andaban García-Alix, Rossy de Palma, Alaska, los Ronaldos y montones de grupos en ciernes (unos como Radio Futura triunfaron y muchos otros quedaron en nada), o se desparramaban por los cientos de bares de ambiente que se abrían y cerraban por todas partes).
En realidad, es como si a los artistas del Renacimiento o a los clásicos les hubiesen hecho en vida exposiciones y homenajes y los hubiesen metido en listas de pertenencia a tal corriente unos políticos que antes los despreciaban. Pero ahí está, la Movida madrileña, que las guías turísticas americanas empezaron a incluir como uno de los atractivos de España entonces y a todo el mundo le pareció bien, porque a todos constaba que "menuda movida tienen esos de Madrid". Pero, recuerden, esa palabra tiene mucho que ver con lo que se tomaba "para estar a tono" aunque parezca otra cosa. Y casi nadie pensaba que hiciera Arte, era un impulso salvaje.
Y ahora se inauguran exposiciones de Artes Plásticas, Fotografía, Música, Letras, Moda y Diseño, Cine y no sé cuantas cosas más... Bienvenido sea ¿no?. Hoy, en Alcalá 31, pintura y escultura; mañana, en el Canal las fotos, pasado en El Aguila la moda y el diseño, proyecciones de pelis y en muchas salas van a tocar grupos y más actividades. Es bueno para los políticos organizadores que se dejan ver con artistas (¡qué raro!) y mejor para éstos que van a comer más, aunque algunos van de convidados de piedra para las fotos (Fabio).



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