viernes, septiembre 08, 2006

Madrid es una ciudad llena de contrastes. Mientras que por un lado los ultramontanos celtibéricos se ceban de nuevo con la libertad de expresión, en este caso teatral, para evitar que se estrene una obra sobre el poeta García Lorca, a base de atacar a su director, el lenguaraz Pepe Rubianes que lanzó unos groseros exabruptos en la tele catalana acerca de la unidad de España. Han montado el numerito y conseguido que el alcalde impida que se represente en un teatro municipal llamado, para más inri, Español. El tal Rubianes ha dicho que no quiere ir al teatro protegido por la guardia civil (¡qué paradoja, puesto que fueron guardias civiles quienes asesinaron al poeta andaluz!) y que prefiere retirarse a uno privado, aunque cuando el sindicato CCOO le ha ofrecido su auditorio se ha excusado porque prefiere una sala comercial (la pela es la pela). Pero la concejala de las Artes y el director del teatro municipal yo creo que tenían que haber echado el resto ahí y defendido la obra por encima de anécdotas e insultos ajenos a ella.
Bueno, pues en esta capital que a veces parece de provincias uno puede llegar a encontrarse a una piadosa católica rezando de rodillas en la calle ante una virgencita en el muro de la cripta de la catedral. Paisss...!

En la Dehesa de la Villa se están acometiendo una obras municipales con las que los vecinos no están de acuerdo por que dicen que deterioran el parque. Yo mientras iba con ellos y entre las máquinas me he encontrado con una acacia con estas flores , así que no les pongo las obras...

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