viernes, enero 28, 2011


Ayer creí qaue llevaba una bomba de relojería en el bolso de la cámara porque hacía clic-clic según me movía y al entrar en la redacción se incrementó el ritmo como cuando en las pelis parece que ya va a estallar. Desde luego no era así, pero mi sorpresa fue al descargar las fotos de la tarjeta y encontrarme cientoypico fotos abstractas, semejantes a las de arriba de las que he elegido esas dos, que se habían disparado accidentalmente y se debió caer la tapa del objetivo y algo presionaba el disparador para prepararme esos "Rothkos" espontáneos que os muestro para que veáis que no todo es técnica.

2 comentarios:

susana dijo...

aquello que nos sorprende, espontáneo, y valorado además, le ponen a cada día la cuota de incertidumbre necesaria.

Anónimo dijo...
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