martes, septiembre 14, 2010





Las efímeras y perfumadas flores de mi cactus que ya os he puesto otros años, éste han tardado en aparecer pero lo han hecho por triplicado: dos se abrieron anteayer y ayer por la mañana ya se habían cerrado y abrió la tercera. No sólo son bonitas con ese blanco perlado y estambres y pistilos aromatizando el balcón, sino que curiosamente salen de un rabo largo que crece durante unas semanas y cuando se ha hinchado como un sexo masculino se abre una madrugada que será la única de su vida. Por la noche se cierran y decaen poco a poco hasta quedar escuchimizadas como el pene de un abuelete y se secan. Cada año me sorprenden y las retrato para conservar en imagen el esplendor de su belleza fugaz.

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