viernes, diciembre 28, 2007





La huelga de limpiadores del Metro parece enquistada. Los trabajadores han ensuciado algo más de lo normal, pero esa es una táctica habitual en cualquier lucha sindical: yo recuerdo que cuando trabajaba en un banco y teníamos convenio o despidos lo primero que se hacía era bloquear la entrada de las sucursales para que tanto los esquiroles como los clientes se encontrasen en la calle hasta que llegara el cerrajero, también entrábamos en las oficinas principales y montábamos gran escándalo para hacernos oír. Las tácticas patronales de la dilación a ver quien se rinde antes, de presionar a los dudosos o con problemas económicos graves para que vayan a currar traicionando a sus compañeros que luego conseguirán cosas que a ellos también benefician, la contratación bajo cuerda de gente o empresas sin escrúpulos para sacar adelante el trabajo que no hacen los huelguistas y otras clases de juego sucio por ambos lados, no legales pero si reales, están siempre a la orden del día en una lucha donde los que más tienen que perder son los trabajadores. Ahora algunos se han pasado bastante tirando líquidos que son peligrosos para los usuarios y han causado accidentes, lo cual no debe ser nunca un arma sindical. Pero la medida demagógica de la populista presidenta de nuestra Comunidad al decir que se cancelen los contratos con las empresas, es una forma nada elegante de lavarse las manos. Ellos son los responsables, puesto que en su afán de privatizaciones, al elegir las empresas más baratas o presionarlas para que redujeran costes, estas necesitan estrujar a sus trabajadores para sacar beneficios y ellos apenas sobreviven con salarios de miseria y horarios abusivos. Es como lo que ocurre con los dichosos 8 hospitales fantasmas que inauguró justo antes de las votaciones la ínclita desEsperanza aún sin funcionamiento pero a cuyos "gestores privados" se han pagado este año mas de 50 millones de euros y el próximo serán unos 150 aunque no lleguen a estar en servicio hasta finales. O las cabalgatas de reyes que privatizan algunas Juntas de distrito del Ayuntamiento y todo lo demás (a lo mejor aún recuerdan el asunto de la Funeraria que se vendió por una peseta y cuyo proceso judicial en el que están implicados un par de concejales de Manzano no termina nunca de resolverse). Los del PP llevados por sus socios empresarios a privatizar todo lo posible de aquello que es público, cuando las cosas salen mal son incapaces de asumir responsabilidades, pero no paran de agitar con cualquier cosa contra el gobierno de la nación cuando éste mete la pata, exigiendo dimisiones, aunque ellos no dimitían nunca con responsabilidades mucho más gordas como lo del Yak, el chapapote y todo aquello que les costó al final el gobierno (no sólo la guerra). Parece ser que esta tarde han tenido que volverse a reunir el comité de huelga y los representantes patronales en la sede de UGT, donde se iban a ver con cara de pocos amigos pero forzados por una situación que a ninguna de las dos partes convenía ya prolongar, dada la amenaza de cambiar de empresas. Esperemos que lleguen a un acuerdo que satisfaga a ambos y se acabe la porquería en el Metro antes de que nos coman las ratas a los usuarios.

No hay comentarios: