jueves, mayo 31, 2007


Esta mañana ha caído la cabeza de Sebastian. En mi foto él se guarda el último discurso en el que ha dicho que vuelve a la Universidad. Está claro que no ha sido bien tratado en el partido por quien ha intentado ser alcalde de Madrid. Zapatero lo recomendó y luego le ha dejado en la estacada, apenas ha venido a respaldar un mitin en la capital, sabiendo que su candidato sería derrotado ineludiblemente. Tampoco Simancas, secretario general del PSM, ha ido a respaldarle hoy. Sebastian se ha comido todo el marrón solito, como esta mañana sin dirigentes conocidos del PSOE de Madrid a su lado y sin querer responder preguntas indiscretas. Con decencia y melancolía ha comprendido que la vida política es un laberinto lleno de tiburones dentro y fuera de la organización para la que trabajas y que los paracaidistas no cuajan, aunque vengan recomendados por el jefe. No voy a decir que fuera el mejor candidato, porque sinceramente creí desde el principio que era un error y que se metía en una jaula de fieras. Yo hubiera apostado por alguien como Pedro Zerolo que no sólo es buen polemista y conoce el Ayuntamiento de la capital sino que tiene esa sensibilidad de los que han estado mucho tiempo peleando con temas difíciles como para no salirse por la tangente. Además, Sebastian tuvo la imprudencia de jugar de improviso una carta tan fuerte que se le dió la vuelta y el alcalde en funciones -el cual tengamos en cuenta que, al igual que la presidenta de la Comunidad, ha utilizado todos los medios en su poder para no dejarse intimidar por la oposición y mantener un poder que ostentan como propio, desde los recursos públicos a las estrategias de quien conoce casi todo- se revolvió en la ambigüedad de quien se siente ofendido para no tener que responder al envite sobre "los asuntos malayos" en directo y sin haber preparado lo que le convenía responder. Al final, como ese sanSebastian con que le caricaturizan, asaeteado y solo, ha preferido volver a lo suyo y dejar a los políticos profesionales las luchas fratricidas y las corruptelas del pequeño poder capitalino. Que tenga más suerte allá donde vaya que la que le ha tocado en esta lamentable campaña electoral. Es lo que yo mismo le he dicho junto al ascensor de Ferraz esta mañana tras la comparecencia de la que ha salido disparado en los dos sentidos de la frase.

1 comentario:

EL METRONAUTA dijo...

Alguien me robó una foto de este post seguramente por censura. Mal rayo le parta.