







Las demás imágenes son también mías, pero de las fotos expuestas en una sala donde resaltan en la penumbra (ver más en la galería de Madridiario). Son imponentes, algunos retratos como el de esa chica de las moñas, maravilloso por su delicadeza y los tonos de la piel, algunas vistas arquitectónicas magníficas como esas favelas brasileras en panorámica que mezclan el ladrillo tradicional y las estructuras absurdas postmodernas superpuestas o aquellas vistas movidas pseudoimpresionistas. No tengo peros para las fotos en si de gran realización técnica pero casi siempre adscritas a es "nueva objetividad" tan aburrida y muerta con su solemnidad desértica. Además, deben haber costado un pastón muy ganso al Reina porque alguno de los autores recuerdo que lo era de la foto más cara del PhotoEspaña (creo que unos 50.000 euros, aquella). Pero lo que me ha llamado la atención es el discurso que enhebra la comisaria que va mucho más allá del tamaño y el color digital, de la creatividad o el respeto al medio fotográfico, para contarnos que se ocupan de las estructuras de poder (¡). Bueno, pues por eso yo me marco la entrada a mi presentación del tema con ese "marco incomparable" que es el propio museo y lo que representa como centro del poder artístico actual. Se trata de una bromita, pero yo creo, no obstante lo dicho, que mis fotitos no desmerecen de las otras ¿no?. Y es que entre esta exposición de "burro grande, ande o no ande" donde hasta los paisajes de playa parecen de muñequitos de plástico y los edificios desérticos, donde los retratos son como al carbón y las habitaciones necesitan espejo para tener vida, yo me sigo quedando con las viejas fotografías de "Momentos Estelares" o los culos del Canal.
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