Hoy hemos ido con la reina a visitar la zona infantil del hospital La Paz. Y a los medios modestos nos han tenido en un pasillo (como a esos dos niños traídos "ad hoc" para el tema, probecitos, ahí esperando a la comitiva pareciera que ante el pelotón de fusilamiento fotográfico), mientras a EFE, El País, el Mundo, etc. y las revistas que hacen la pelota a la casa real como Hola, Semana, etc, así como a algunas agencias de preferencia del que nos dividía en grupos a quienes han llevado a cuartos de niños con cáncer que hacían dibujitos y charlaban con la reina. He protestado, desde luego, aunque no sirviera para nada, pero no quiero dejar de decir lo que siento cuando considero que se discrimina el derecho a la información "porque los peces grandes se comen a los chicos". No obstante, doña Sofía se ha esforzado, quizás al vernos allí arrinconaditos, por preguntar hasta por un extintor para que tuvieramos la oportunidad de hacer nuestro trabajo con cierta dignidad.
Gracias, señora, y un cero patatero para los organizadores del evento por la discriminación entre informadores de "grandes medios" y esa morralla que somos, por lo que se ve, los demás.