Puedo recordar aquellos tranvías (también los trolebuses y los de dos pisos) que surcaban la calle Fernández de los Ríos en los años 50 cuando era un niñito y luego los que subían por General Ricardos, en cuyas vías poníamos chapas, clavos, piedras, lagartijas o ratones para ver qué pasaba: ya os lo podéis imaginar, pero éramos chavales o preadolescentes como se dice ahora. Por delante de mi casa en Oporto pasaba un trolebús al que a veces "se le caía" el trole y se quedaba varado hasta que lo enganchaban de nuevo. Aquellos vehículos llevaban cobrador atrás ( con un dedil de goma para separar los billetitos de finísimo papel) y conductor delante dándole a la manivela y tenían carteles hoy absurdos que decían "NO ESCUPIR" en la plataforma o "ASIENTO RESERVADO PARA CABALLEROS MUTILADOS" refiriéndose a los "nacionales" porque los putos rojos no tenían los mismos derechos aunque procedieran de la misma guerra incivil ya que la perdieron. En una de las fotos se ve el paso de un travía Fiat por San Blas, en otra los viajeros colgados de los topes (de ahí viene lo de ir hasta los topes) para no pagar o porque acudían a la plaza de toros que estaba en Goya o al campo de Chamartín a ver futbol. Primero fueron de "tracción a sangre" que iban tirados por mulas, luego de vapor o eléctricos y mi bisabuelo Narciso Jaén que vivía en Zaragoza fue comisionado para dirigir en Madrid la electrificación en las postrimerías del siglo XIX por la compañia belga y que se llamaban "grises" porque así iban pintados y eran de tipo jardinera (desde entonces todos sus descendientes hemos nacido en Madrid). Ahora podemos ver la exposcición de la historia de los tranvías madrileños en la Estación de Delicias, en una planta superior del Museo del Ferrocarril.