martes, noviembre 03, 2009


De hace unos días en la feria Estampa me dejé sin poner por las prisas un tacataca minicampo de concentración (con sus ruedecitas para llevarlos a sus mítines) donde estaría muy bien meter a los políticos corruptos para que diriman sus diferencias en la intimidad y proximidad que da el lugar, al menos mientras los jueces no decidan encarcelarlos como merecen. Especialmente metería hoy ahí (como hacía La Codorniz con su cárcel de papel) a Esperanza Aguirre que ha inaugurado esta mañana una guardería con ese nombre "El Tacataca" escaqueándose de acudir a la reunión del comité nacional del PP en el que se habría tenido que enfrentar con sus enemigos íntimos Ruiz-Gallardín y Cobo y dar la cara ante el resto de la dirección por sus continuos desplantes. Allí se la echaba de menos, aunque tal vez Rajoy y Cospedal respiraron hondo en su ausencia. Lo dicho, para tacataca político el de la foto al que la lideresa no se quiso acercar en su visita a la feria susodicha, pero que hoy la sirvió de disculpa. Lo otro, apuntar, es una forma de de decir que ya nos tienen hasta los c... y que las frasecitas que nos han dado en la puerta los del PP dichas por Rajoy en su discurso, ya no valen :"No habrá próxima vez" -cuando todos sabemos que sí, porque tanto Aguirre como Camps están enteros y dispuestos a hacer su santa voluntad en su taifa particular; lo de "El partido Popular es un partido nacional, unido y limpio" no se lo cree ni él en sus dos terceras partes: ni unido ni mucho menos limpio cuando conocemos tantos casos de corrupción y lo que te rondaré, morena, que dicen que en los próximos 40.000 folios de Gürtel salen algunos que están que se caen; que "lo ocurrido es inaceptable... " es verdad, pero no dice si se trata de la corrupción misma o de la pelea de gallitos en su corral, por lo que o aclara qué es lo inaceptable realmente o que se calle de una vez; y lo de que "va a plantear a la sociedad un pacto contra la corrupción", es sencillamente una salida por el morro, ya que lo que tendría que empezar por hacer es limpiar su propio partido de sinvergüenzas, demostrar que sus finanzas no han bebido de los fondos de bellacos que pagan por conseguir facturas con las que timar al Estado y luego echan al cepillo de la capilla de Génova unos euros para comprar voluntades y silencios. Luego, que proponga pactos sociales, cuando su credibilidad y honestidad como partido no dejen lugar a dudas. Mientras, seguiremos esperando el próximo capítulo que, como en los viejos tebeos... continuará.

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