¡Libertad para los presos de conciencia y opinión en Cuba!

Nuestro pobre aprendiz de río, el Manzanares, sufre el ataque de las obras y se llena de basura, los patos que trajera Tierno Galván quedan aislados, ateridos, acojonados porque además han decretado su caza y captura por riesgo de gripe. Pero parece que uno resiste, ahí en medio, ahíto y solo se enmadeja y piensa quizás en otros tiempos , cuando la mierda y los escombros no anegaban su playa y hasta tenía una caseta. Me dieron ganas de llevármelo a esas hornacinas que hay en el centro cultural Galileo , donde estuve después viendo un par de exposiciones fotográficas, una de las mujeres de los presos cubanos que el régimen de Fidel Castro encarceló aprovechando el comienzo de la guerra de Irak y cuyos hijos, esposas, madres sufren a la espera del futuro libre.



Somos jardineros del Tiempo.
Cultivamos nuestra pequeña parcela llamada vida,
entrelazándola con otras,
abriendo caminos que comunican
o poniendo vallas que impidan el paso.
Nos miramos en las nubes y los charcos
y creemos saberlo todo.
Es mas,
creemos haber recibido instrucciones precisas
sobre el cuidado de la tierra
y el mapa de los ríos.
Después de eso nos hacemos poetas
y pensamos que ya somos dioses
porque podemos crear.
Pero lo increado nos viene grande.
así que nos inventamos un padre
tan enorme y estúpido
que nos haga herederos
de la destrucción del lenguaje.
Y en su nombre
nos dedicamos a matarnos unos a otros.
Pequeños ratones recorriendo laberintos
creen tener el control de su destino.
Pero el destino es Azar,
ese loco que cambia las puertas de la percepción
y emplea lógicas de koan
y trampas de impredecibilidad
en los túneles cuánticos de la memoria.
Hamsters pedaleando escaleras cónicas
llamadas dios que no llevan a ninguna parte.
La gracia del mundo está en no comprenderlo.
La de la vida en no hacerse ilusiones.
la del amor en perderse sin rumbo
y no comerciar con sentimientos.
La del destino en no existir necesariamente
y tener que ser trenzado con los hilos de la casualidad
la intuición y el esfuerzo por ser uno
sin separar la pasión de la razón.
* * *
Una vez vi a un Dios.
No se si era el dios máximo
porque no me lo quiso revelar.
Sólo me dijo:
"Trabaja, negro, trabaja"
Y yo pregunte: "¿por qué, para qué?"
"¿crees que debo darte explicaciones a ti,
miserable carne?
Cumple mi mandamiento
y yo seré benigno al juzgarte."
Yo dije: "¿quién te crees que eres tú, creador del dolor,
para juzgarme o decirme qué debo hacer?"
"Obedece", respondió lleno de rabia,
y yo me sentí feliz de haber descubierto
una pasión humana en un imbécil máximo.
"¿Te llamas Jesús, Yahve, Alá, o eres de la caterva politeísta
de los hindúes o los romanos?"
"MI NOMBRE es oscuro, secreto,
imposible de pronunciar en tu lenguaje biológico.
SOY el que Soy, pero puedes llamarme Padre".
¿qué ridícula presencia
Que arrogancia la de ese tipo SER-NO SER,
que se presenta para pedirme que lo adore
envuelto en perfumada prosodia sin contenido metafísico!
Pero le respondí con miedo (uno nunca sabe el poder que
puede tener un loco que inventa un mundo y lo deja ir
tal como va el nuestro) y no con respeto,
cayendo en hinojos:
"!¿qué debo hacer, padre,
ya que no encuentro acomodo en el Mundo?"
Qué risa le entró después de su patética bromita.
NO he oído jamás un bramido estentóreo mayor
que aquella burla soberbia de mi intelecto por entender la Vida.
Todo se me reveló al instante.
La luz llegó. Y se fué.
Rápida, como predijo Einstein,
como si no hubiese existido nunca
y la pregunta no tuviera respuesta.
Pero me dejó un puñado de dados
que arrojo en la mesa cada día
como si tal fuera un destino.
Mis resultados no ordenan el caos
Lo había escuchado en mi sueño.
El que soy, no soy.
Soy el que no soy.
No soy quien tu te imaginas.
No estoy en parte alguna ni en el todo.
Quien dió comienzo al Tiempo
y plantó una semilla de energía
en el útero del Caos no sabe
que en la última hoja de la última rama
del frondoso árbol del conocimiento
tiene a una hormiga interrogándose por el sentido del viento.
¿qué infelices los que adoran la luz
sin pensar en la ecuación que la resuelve,
sólo porque brilla y calienta su sangre assina.
¡Conócete a tí mismo!
fué el kwat del koan que resolvió la paradoja irresoluble.
Mírate dentro, en el espejo, donde las cosas se distancian
de la verdad para hacerse reales.
Piénsate y respira hondo
porque ESO es todo lo que tienes.
Y me dejó llorando
entre la sangre y el fuego
que sus fieles se empeñaban en extender
como brutales mandatos por la Tierra.
Y entonces, comprendí.
Y no volví a rezar, ni supliqué, ni adoré más.
Desde entonces soy libre
para seguir el camino marcado por los hombres
sin tratar de cambiarlo con voluntad divina.
Miro atrás
y, puesto que estoy aquí, anduve.
Prisa no tengo
las calles siguen
mi destino, no.
Ayer estuve con una mujer muy valiente: Ayaa Irsi Ali que presentó su libro "Yo acuso" sobre la esclavitud de la mujer en el Islam. He leído algunos capítulos y estoy sorprendido porque no se anda con paños calientes cuando dice que esa religión es incompatible con la emancipación de la mujer y lo justifica con su experiencia y los testimonios que relata. Nos deja tocados del ala los planes de complacencia y negociación porque describe situaciones de tal grado de violencia y de auténtica esclavitud en nuestros días y no sólo en los lugares más integristas. Para ella, eso es consustancial con los planteamientos de Mahoma en el Corán y los hadices que sirven para elaborar la sharia y mantener el estatus de los hombres en sus sociedades. También he visto Syriana, la película con la que recibió un Oscar el contestatario y magnífico actor norteamericano Clooney, en la que se cuenta una historia terrible por su realismo de lo que posiblemente están haciendo ahora, ayer y mañana,las empresas que controlan el petróleo a toda costa y que por medio de sobornos, asesinatos y apoyo a los corruptos sectores locales de aquellos países consiguen mantener sus beneficios en alza.
Para lo primero, he de decir que ya había leído varios libros de la socióloga marroquí Fatima Mernissi y otras escritoras de la zona islámica del mundo y Ayaa no hace sino confirmar la enorme dificultad de hacer cambios sin que sean los propios musulmanes protagonistas intelectuales de los mismos, para lo que pide un Voltaire y apela a los derechos humanos. Para lo segundo sólo tenemos que leer los periódicos y veremos como en medio de la crisis actual los beneficios de las petroleras norteamericanas han batido records, así como de las empresas dedicadas tareas de apoyo y "reconstrucción" de Irak o Afganistán. Mientras, docenas de idiotas útiles se suicidan asesinando civiles de su propio país creyendo que de esa manera obtienen plaza de honor en el Paraíso, rodeados de huríes vírgenes y junto a su profeta... ¡Locos...! como el que mató a Theo VanGogh que dirigió la película de Ayaa sobre la situación de las mujeres bajo la bota del Islam, o los que cada día estallan en Bagdad, Basora y tantas otras ciudades de Irak y otros lugares. Y todos (como cuenta ella y se muestra en la película) obsesionados por la virginidad, ¡qué curioso!, como nuestros santos padres de la Iglesia católica o los predicadores de las evangelistas americanas. ¡Dios nos libre de las religiones! que diría seguramente nuestro querido Leo Bassi, atacado en su sátira bufonesca del dios cristiano. Por cierto que creo que va a seguir con su bassibus recorriendo los sitios próximos al Madrid de derechas.
Otra cosa, llevo toda la tarde intentando poner unas fotos en el blog, lo mismo que ayer, y no me deja, así que tendreis que ver las caras de Leo Bassi y Ayaa Irsi Ali en otro lugar. Lo siento.